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Emilia André
Psicóloga Feminista

La violencia de género es un problema global que afecta a millones de mujeres y niñas en todo el mundo. En Chile, por ejemplo, se registraron más de 68.000 denuncias por violencia de género en 2021, y en el 87% de los casos la víctima fue una mujer, según el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género. La violencia de género en el ámbito familiar es especialmente preocupante, ya que afecta a los hijos e hijas de las mujeres víctimas, quienes son testigos de la violencia y pueden sufrir traumas emocionales que pueden durar toda la vida.

Según Ana Bella Estévez, experta en violencia de género, la violencia vicaria “es la violencia que se ejerce indirectamente sobre los hijos de la mujer víctima de la violencia, con el fin de hacerle daño a ella”. Esta forma de violencia puede manifestarse de diferentes maneras, como el control económico y emocional sobre los hijos e hijas, y la utilización de los hijos como armas para ejercer control sobre la mujer.

La violencia vicaria es una forma de violencia de género que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Según datos de la Unicef, en el 2019, en Europa, alrededor de un 21% de los menores de edad habían estado expuestos a la violencia doméstica entre sus padres o cuidadores.

Según la psicóloga y experta en violencia familiar, María José Quiroz, “los niños que crecen en contextos de violencia vicaria pueden experimentar un daño psicológico importante, debido a que son testigos de una situación de violencia, de la cual son víctimas indirectas. Esto puede afectar su capacidad para establecer relaciones sanas y duraderas en el futuro.”

Los niños y niñas que son víctimas de violencia vicaria pueden sufrir consecuencias graves y duraderas. La violencia vicaria puede causar un daño emocional y psicológico significativo en los niños, quienes pueden experimentar miedo, ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales. En algunos casos, los niños pueden desarrollar una lealtad incondicional hacia el progenitor violento, lo que puede afectar su capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro.

Según la psicóloga y experta en infancia y adolescencia, Verónica Reyes, “es fundamental que los niños y niñas que han sido víctimas de violencia vicaria reciban atención psicológica y apoyo emocional adecuado. Esto les permitirá procesar las experiencias de violencia y mitigar los efectos negativos que estas han tenido en su vida.”

Es importante prevenir y combatir estas formas de violencia de género en el ámbito familiar y brindar apoyo y atención adecuados a los niños y niñas afectados por ellas. Como destaca la experta Ana Bella Estévez, “la violencia vicaria debe ser considerada una forma de violencia de género y tratada como tal. Es fundamental que las autoridades, los profesionales de la salud y la sociedad en general se comprometan a prevenir y erradicar esta forma de violencia en todas sus manifestaciones.”

¿Crees que sufres violencia vicaria? Te dejamos algunos ejemplos que pueden ayudar a identificar este tipo de agresiones machistas:

  • Utilizar a los hijos como instrumentos de control: El agresor utiliza a los hijos para controlar a la víctima, amenazando con quitarles la custodia o hacerles daño si no cumplen con sus demandas.
  • Alianar a los hijos en contra de la madre: El agresor manipula a los hijos para que se pongan en contra de la madre, su familia o personas cercanas, diciéndoles mentiras sobre ella o incluso llegando a culparla de la situación.
  • Obligar a los hijos a presenciar la violencia: El agresor expone a los hijos a situaciones de violencia, ya sea física o psicológica, para causarles daño emocional y controlar a la víctima.
  • Utilizar a los hijos como arma arrojadiza: El agresor amenaza con dañar a los hijos o llevarse a los hijos lejos de la madre para causarle dolor emocional.
  • Despreocuparse de las necesidades de los hijos: El agresor puede descuidar las necesidades de los hijos, tanto en lo que se refiere a la alimentación, el cuidado y la educación como en su bienestar emocional, para controlar a la víctima.