Por Joaquín Pacheco
Hace una semana, la comisión ambiental de Coquimbo aprobó con 11 votos a favor y uno en contra el proyecto minero ‘’Dominga’’, valorado en US$2500 millones y que busca la extracción de hierro y cobre. Sin embargo, la aprobación no implica la construcción de la minera, pues aún tiene recursos pendientes ante la corte suprema.
El megaproyecto minero planea construirse en la costa de la comuna de La Higuera, en la región de Coquimbo, justo en frente del archipiélago de Humboldt, lugar de ballenas, delfines, aves y la mayor población a nivel mundial del pingüino de Humboldt. La construcción de este megaproyecto sería, a todas luces, la destrucción irreversible del ecosistema del archipiélago, acabando con especies protegidas en las reservas marinas de las Islas Choros-Damas y la isla Chañaral. Este lugar se convertiría en una zona de sacrificio más, como las que ya nos estamos acostumbrando a ver.
La zona que se busca proteger del proyecto Dominga abarca 3.423 km2, y es trabajada de manera sustentable por pescadores artesanales, buzos mariscadores y algueros, quienes pertenecen a la comunidad costera.
El rechazo del proyecto
El proyecto Dominga ya había sido rechazado el año 2017 por la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo y por el Comité de ministros del servicio de Evaluación Ambiental durante el gobierno de Michelle Bachelet. Las razones de su rechazo no fueron tan distintas a las de hoy: el proyecto desarrolla una deficiente línea base del medio marino, y no permite evaluar el impacto ambiental de las embarcaciones; se subestima el área de impacto e influencia y no caracteriza las rutas de navegación de sus embarcaciones.
Sin embargo, la asociación matriz del proyecto minero, Andes Iron, apeló tras el rechazo, y en mayo de 2021 presentó un recurso de casación ante la corte suprema para anular la sentencia del Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta, y la nueva votación concluyó en la aprobación del proyecto.
Por su parte, el gerente de asuntos corporativos de Andes Iron, Francisco Villalón, declaró para el medio CNN que la empresa hará todo lo posible por proteger el medio ambiente. Sin embargo, la materialización del proyecto significará, irremediablemente, la destrucción de uno de los catorce puntos de mayor diversidad marina del mundo. Es imposible esperar que la empresa haga el intento por no acabar con más de 500 especies que habitan en la costa de La Higuera.
No es primera vez
El año 2010 las reservas marinas de La Higuera estaban siendo amenazadas por el proyecto de la Central Térmica Barrancones, uno de los tres megaproyectos que pretendían instalarse desde el año 2007 en las costas de la comuna. El primero fue Farellones de Codelco, que fue retirado del proceso de evaluación el 2008, el segundo es la Central Térmica Barrancones y el tercero el megaproyecto del puerto Cruz Grande, impulsado por la Compañía de Aceros del Pacífico.
Tras el traslado de la termoeléctrica Barrancones, varias organizaciones ambientalistas plantearon la idea de expandir el área de protección de la reserva nacional Isla Choros-Damas, pero como es de costumbre, no fueron escuchados.
La comuna de La Higuera lleva más de diez años peleando contra megaempresas que amenazan la biodiversidad del sector, y es inaceptable que proyectos de este calibre sigan siendo aprobados y respaldados por los gobiernos de turno. En nuestros hombros recae la responsabilidad de evitar la destrucción de estos paraísos marinos, que afectaría irreversiblemente uno de los ecosistemas más importantes del planeta.